martes, 14 de abril de 2009

SEGOVIA: Clausura flamenca con una obra madura



(ELadelantado.com)
Los hermanos Piñana, acompañados por el Quinteto Diapasón, ofrecieron una apasionada Misa Flamenca con todos los palos de la hondura d del cante flamenco./Peñalosa
Esta veintisiete Semana de Música Sacra se ha caracterizado por la mayor calidad de sus conciertos, algunos para no olvidar como, el de Dialogos Ensemble y el de la Venexiana, tampoco éste a cargo de Curro Piñana, cantaor flamenco, que con una misa flamenca puso, una vez más, el no hay billetes, en la taquilla.El cantaor es uno de los mejores cantantes jóvenes, generalmente son personas nacidas fuera de Andalucía y que deben mucho al Festival de Cante de las Minas, que se celebra en La Unión (Murcia), entre otros Miguel Poveda, de la misma generación.La obra que nos ocupa hoy es "Misa Flamenca", compuesta al alimón con su hermano Carlos, gran guitarrista con sólida formación en el Conservatorio en guitarra clásica y flamenca en casa con la familia, lo mismo que su hermano Curro, que aprendió los palos de la mejor forma, en casa.También fue importante la colaboración del quinteto de cuerda cubano Diapasón con dos violines, dos violas y un contrabajo, que le dan un cierto aire árabe en algún momento, otros de mestizaje con buen ritmo y otros momentos de disonancias modernas muy bellas.La obra tiene algo más de dos años y es una obra madura, combina palos, entre ellos algunos poco frecuentes, como la petenera que soporta el Credo, palo con fama de mal "farío" entre los gitanos, pero aunque difícil, es solemne, de entonación pausada, emotiva y sentenciosa. Es una copla de cuatro versos octosílabos que al ser cantada, repite uno de ellos y añade otro ajeno a la copla, convirtiéndose en copla cantada de seis versos. Tampoco son frecuentes los verdiales, por los que cantó Curro el Gloria, dando un tema muy moderno y de gran emotividad.Más frecuente es la soleá, con la que abrió el programa en esa "Petición de perdón" muy bien acompañada a la guitarra por su hermano Carlos y la cuerda.El Padre nuestro es una cartagenera grande con una copla en quintilla, cante levantino de la región de las minas que popularizó Chacón.El Ofertorio fue una granaína muy sentida, con mucho calor.También hubo un tema instrumental de reflexión a la mitad del programa, llamado Tarde de Inspiración.Fue un cierre de la Semana a lo grande con la Despedida por fandangos de Huelva al que añadieron una bulería, ante el éxito obtenido entre el público que llenaba el incomparable auditorio de San Juan de los Caballeros, el marco más adecuado para este tipo de música sacra.

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