martes, 10 de marzo de 2009

Con Concha Jareño, nuevos tiempos para el baile flamenco



(LAVOZDIGITAL.ES)
Nuevos tiempos para el baile flamenco
Concha Jareño tiende puentes entre la vanguardia y la tradición en un loable ejercicio de fusión
Baile: Concha Jareño.Guitarra: Juan Antonio Suárez Cano.Cante: Leo Treviño y Pedro Obregón.Violín: Konstantin Chakarov.Percusión: Nacho Arimany.Palmas: La Vane y la Popi.
Campanas de muerte y cortejo fúnebre. Así comienza Algo, el espectáculo con el que la madrileña Concha Jareño mereció el Premio Nacional de Flamenco de Córdoba Mario Maya y Matilde Coral en el año 2007.Pero lo que la bailaora tiene que ofrecernos da muchos más de sí que un simple entierro.La primera de las tres partes que le dan cuerpo, lleva por nombre Fugaz.Una mezcolanza de flamenco industrial, música barroca y ritmos de percusión electrónica. Danza contemporánea por doquier y arrebatos de trance casi africano en el movimiento. Todo ello para representar la muerte, la reconstrucción y el final del desasosiego. Ramalazos de técnica exquisita en la expresión corporal y momentos absolutamente dadaístas.Un solo de violín da paso a la segunda parte del espectáculo, titulada Inventario flamenco, compuesto por dos bailes y dos piezas musicales. El primer número nace de la agonía del violín y el nacimiento del cante, que acompañados de la percusión dan vida a una milonga, que la bailaora borda con bata de cola y abanico. La luz se deshace del tenebrismo y el vestuario nos comienza a indicar los distintos estados emocionales que interpreta Jareño.A continuación una bulería de guitarra y cajón de corte muy contemporáneo nos introduce a una rondeña que navega entre la vitalidad y la melancolía. Concha se entrega en un baile flamenquísimo y desafía en varias ocasiones al público durante la escobilla.Los cantes por trillas y tonás, con José Salinas rompiéndose en la interpretación nos devuelven al luto. El cuadro finaliza con un número a dúo entre la bailaora y el cajón donde el compás de seguiriya alcanza una altísima velocidad.Como enlace a la última escena, Daniel Suárez nos deleita con un solo percutivo esplendido. Algo es el nombre del tercer cuadro, la artista comienza representando un baile por alegrías que rompe, debido a la monotonía, un solo de violín. De nuevo el vestuario nos va marcando el devenir de las sensibilidades del personaje. La danza contemporánea se impone otra vez. Y del luto pasamos, primero a la calma y después a un colorismo que nos encamina al final del espectáculo. Concha Jareño explica con Algo su propia sensibilidad hacia la danza, técnicamente demuestra una limpieza asombrosa y hace felices a los aficionados que buscan en el flamenco algo más que el baile tradicional.Su grupo la acompañó de forma notable durante la casi hora y media que estuvo sobre las tablas. Y lo poco negativo que se pueda decir de Algo vendrá determinado por los gustos de cada cual. El trabajo y el talento están ahí.

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