lunes, 2 de marzo de 2009

Jaen: Miguel Angel calahorro gana el "XXII Concurso de Guitarra Flamenca"


(ideal.es)
Miguel Ángel Calahorro gana el XXII Concurso de Guitarra Flamenca
Seis de los catorce participantes habían sido seleccionados para los premios en liza, pero al final se impuso el dominio del instrumento del tosiriano Calahorro
Hubo mucho arte en el escenario. /FRANCIS J. CANO
La calidad de los concursantes clasificados para la final de la XII Edición del Concurso de Guitarra Flamenca para Jóvenes Interpretes, que viene organizando el Área de Cultura de la Diputación Provincial, con la colaboración de la Peña Flamenca de Jaén y la Delegación de Canal Sur en la provincia, presagiaba intenso debate entre los miembros del jurado, así como alta expectación entre los seguidores del prestigioso certamen.
Seis de los catorce participantes habían sido seleccionados para optar a los premios en liza, y todos ellos evidenciaron calidad, técnica y dosis de composición en las dos fases de clasificación celebradas los días 13 y 20 del pasado febrero. La afición y el dominio del instrumento han sido primordiales en su concurso a pesar de la juventud de sendos participantes.
La noche flamenca la abrió Alberto López Martínez, de 18 años y natural de Baza (Granada), con un toque por rondeña muy influenciado por Paco de Lucía y manteniendo determinada solvencia a pesar de las dificultades de la obra musical del algecireño. Demostró limpieza en el diapasón y fuerza en los picaos, además de trabajar con sensibilidad en el traste, circunstancias que le propiciaron una adecuada derivación a las bulerías. Sus alegrías las ofertó buscando la dificultad que se resuelve con técnica, mas quedándose algo corto en la estructura musical del estilo. Por todo ello se alzó con el tercer premio.
Javier Muñoz Melero 'El Tomate', con 21 años y de Córdoba, participó con alegrías y ciertas atonalidades iniciales que soslayó con su manejo en el picao. La rondeña la inició con determinada seguridad, a veces con leves imprecisiones tonales, aunque su pulsación fue muy nítida en la parte lenta y más concretamente en el trémolo.
Martín Fayos Limón, de Punta Umbría (Huelva) y 17 años de edad, ofertó primeramente taranta muy estructurada sobre el desarrollo de los trémolos y un adecuado recorrido del diapasón, así como sonido flamenco y prestante resolución del estilo. En la guajira estableció depurada técnica -a veces con sones de tendencia clásica- y mínima carencia tonal aunque con sonido flamenco añejo.
Manuel Ángel Calahorro
Manuel Ángel Calahorro Arjona, de 22 años y nativo de Torredonjimeno, estableció dosis de composición y estructura netamente flamenca, adobada de la musical melodía del estilo y ajustándose con dominio del instrumento para establecer los tonos del palo flamenco, a la vez que demostraba su limpia pulsación en el trémolo. La soleá la definió con la prestancia del aire flamenco añejo, retomando su dominio del trémolo, complementándola con dosis compositivas para aseverar su dominio del instrumento. Estas cualidades flamencas le auparon al primer premio.
Pedro Jesús Montesinos Girón, de Guarromán y con 17 años, reiteró un año más su progresión y halagüeño futuro flamenco con una inicial taranta de limpia ejecutoria y sonido muy flamenco, demostrando su basamento en el trémolo y la fuerza de sus picaos, así como certera soltura en el mástil del instrumento. En las bulerías aseveró las premisas del adecuado juego tonal y alegre del estilo, con dominio de la prima y una complementación del ritmo festero, resuelto todo con un limpio y sonoro picao final.
Por su parte, David Caro Torralba de Almería, y también con 17 años, en la taranta inicial estableció su calidad y sonido netamente flamenco, apoyándose en una línea personal y moderna -que le implicó dificultad técnica-, redondeándola con aires clásicos y dilatado trémolo. En la soleá evidenció mínima atonalidad que arregló con la definición musical del palo; mantuvo seguidamente los aires flamencos del toque, el dominio la mano derecha para el trémolo y de la izquierda para marcar el compás del tres por cuatro. La citada técnica le catapultó al segundo premio.
Fin de fiesta
El fin de fiesta lo protagonizó Manuel de Palma -especialista donde los haya para acompañar a los cantaores-, con un toque por soleá basado en los sones antiguos para el acompañamiento, complementados con resolutivas falsetas que mostraron su profesionalidad. En las siguientes bulerías se acercó -junto con su sobrino Diego Fernández Reyes- a la personal y autodidáctica impronta de Diego el del Gastor, estableciendo un recorrido por las dificultosas y flamencas falsetas del genio que se afincó en Morón.
También hubo cante en el colofón de la noche, con una protagonista que despertó el interés de los presentes, pues la roteña Manuela Cordero constató su conocimiento y poderío tonal por soleares de Alcalá con salida jerezana y evocaciones de Juan Talega con matices de Agujetas de Jerez, para continuar por Juaniquín de Lebrija y ecos de Fernanda de Utrera, derivar a la Triana de 'Machango' con aires de Rafael Romero, continuar con la apolá de 'El Ollero' y personalismos entre Onofre y Antonio Mairena, y rematar por Juaniquín. Las marianas las estructuró con las señas flamencas que sobre Menese estableció Bernardo el de los Lobitos, poniendo punto final a su sucinto recital con cantiñas-alegrías, adobadas de ritmo y compás festero.

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